domingo, 9 de octubre de 2011

Todo lo que puede salir al revés....acaba saliendo

Quién me iba a decir a mí que acabaría escribiendo un blog, y mucho menos un blog sobre interpretación. Pero es que la vida me lo ha puesto en bandeja. A ver, a modo de orientación, yo llevaba 7 años trabajando como traductora autónoma en un rincón de mi casa cuando volvió a renacer en mí el gusanillo de la interpretación. Tuve la suerte de encontrar un centro estupendo donde realizar un curso presencial de interpretación consecutiva y simultánea de 1 año de duración que me permitía compaginar la traducción con esta nueva faceta profesional. Bueno, donde digo un centro estupendo me refiero a un centro bien dotado tecnológicamente y a una excelente profesora, intérprete en activo. ¿Y eso de excelente, a qué viene? ¿Lo de interpretar no es cuestión de practicar y practicar teniendo de telón de fondo eternos discursos de la OTAN o exaltadas intervenciones en el Parlamento Europeo? Para nada. Hoy, que acabo de terminar mi primera experiencia profesional en verdadera soledad, me he dado cuenta más que nunca que el 75% del trabajo de intérprete se realiza fuera de la cabina. Y para este trabajo previo y posterior es para el que mi profesora prepara como ninguna (sin obviar sus dotes innatas como intérprete). En primer lugar nos inculcó la necesidad de prepararse la interpretación a fondo. Prepararse significa buscar información sobre el evento en el que vayas a desarrollar su trabajo, el lugar donde se va a celebrar (un colegio privado en mi caso con unas instalaciones para quitarse el sombrero), y sobre la ponente. La búsqueda ha de ser exhaustiva, aun a riesgo de resultar repetitiva. Sólo en casos así uno se da cuenta de que el nombre del ponente que la agencia le había facilitado (Pepita Pérez, que en Google aparece como eminente psicóloga educativa) es incorrecto, y la ponente en realidad se llama Juanita Pérez, con un perfil casualmente similar a la mencionada Pepita pero con una trayectoria completamente distinta. ¡Menos mal que cotejé el nombre que me había facilitado la agencia con lo que aparecía en el anuncio de la charla en la web del colegio!. Gracias a eso pude hacerme en internet con 2 vídeos larguísimos que contenían sendas ponencias sobre básicamente los mismos temas que se iban a tratar en la jornada de hoy: el uso de la tecnología en las aulas, en especial de los teléfonos móviles, y lo obsoletos que resultan los exámenes de respuesta múltiple con plantilla ("bubble tests"). Y es que, realmente, después de verle la cara a la ponente, escuchar su acento y conocer su trayectoria y los temas que más le interesan uno como que va dejando un rastro de nervios según se acerca al lugar de la interpretación y se ve inundado de tranquilidad. Ni siquiera el que el técnico diga que a las 9 está allí y que sean las 11 y no haya aparecido logran minar mi estado de ánimo. Yo pedí ver la cabina y hacer una prueba de sonido en cuanto llegué; si el técnico no aparece ya no es problema mío. ¡Ah! Y no hay que olvidar nunca llegar con muuuucho tiempo. A mí me habían dicho que empezaba a interpretar a las 11 y media, pero visto que el lugar me era totalmente ajeno y que para llegar necesité coger 2 metros y un autobús interurbano que puede verse afectado por los atascos de un viernes por la mañana (paso de coches en hora punta), decidí llegar allí con 1 hora y pico de antelación. Estupendo, porque la directora del centro contaba conmigo a partir de las 11 (no las 11:30). Gracias de nuevo profe por hacer tanto hincapié en la importancia de ser prevenido y llegar con tiempo. Si llegas tarde, la has cagado con todas las letras, no hay medias tintas en este negocio, y no están los tiempos como para cabrear al cliente por no haber salido de casa media hora antes.

Pues después de tener en cuenta todos estos factores claves para el éxito de la interpretación propiamente dicha, llega el momento de interpretar. Los auriculares son demasiado sencillos, ya me avisaron, hay que presionar continuamente para que cubran la oreja y mi voz no tape la del ponente, pero no pasa nada. Estoy tranquila, porque he entrado a la cabina y lo que veo me resulta familiar....¡estupendo! es el mismo tipo de consola que aparece descrito en este vídeo de mi profe y ahora compañera. ¡Gracias, gracias de nuevo! Así que nada, como estoy yo sola para las 3 horas de simultánea, no me tengo que preocupar por lo que hace un posible compañero en el asiento de al lado. Pulso el botón de MICRO, se enciende la luz roja en el micro, compruebo que es el canal adecuado (en un debate bilingüe es fácil equivocarse de idioma/canal sin darse cuenta) y...here we go!.

Como los futbolistas tras las vacaciones...en la pretemporada no se está todo lo en forma que sería deseable, pero se afronta la temporada regular con muchísimas ganas de recuperar la forma y de ponerse a tope para los nuevos retos que tenga que afrontar en un futuro, que...¡espero que sean muchos!

Anda, pues ya está, mi primera entrada de blog.

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